viernes, junio 18, 2010

"Consejo de una Madre"


La madre vio a la hija que se preparaba para salir esa noche con su jefe, quien la había invitado por primera vez. Mientras la chica, que tenía 18 hermosos años muy bien puestos, se maquillaba, la madre empezó a llorar...

"¿Qué pasa, mamá?"

"Es que yo sé lo que va a pasar esta noche", dijo la madre.

"¿Qué va a pasar esta noche, mami?"

"Esta noche, hija, tu jefe te va a llevar a cenar a uno de esos lugares con velas y músicos que tocan el violín entre las mesas. Después, te va a llevar a bailar y a tomar una copa en algún lugar oscuro y mientras están bailando te va a decir lo linda que eres y todo eso..."

"Bueno, mamá, ¿y qué tiene eso de malo?"

"Que después te va a invitar a conocer su departamento. Yo sé como va a pasar todo".

"¿Y?"

"Y el departamento va a ser uno de esos pisos modernos que tienen un balcón desde donde se ve el río. Y entonces, mientras miran por el balcón, él va a poner música y va a destapar una botella de champaña. Va a brindar por ti y por el encuentro y te va a invitar a mostrarte la casa. Y ahí es donde podría pasar la tragedia".

"¿Cuál tragedia, mamá?"

"Cuando lleguen al dormitorio, él te va a mostrar la vista desde allí y te va a dar un beso, eso no me asusta. Pero después, hijita, después él te va a mostrar la cama y se va a tirar encima de ti. Y si tú permites que se acueste arriba de ti, yo me voy a morir. Y si yo me muero tú vas a cargar con esa culpa por el resto de tu vida. ¿Entiendes por qué lloro, hija? Lloro por ti, por tu futuro".

"Bueno, mamá, quédate tranquila. No creo que pase eso que tú dices".

"¡Acuérdate, hija, acuérdate... yo me muero, acuérdate!"

A la hora señalada, un auto importado carísimo para enfrente de la puerta de la familia. Toca la bocina; la hija sale, sube y el auto parte. A las cinco de la mañana 'la nena' vuelve a casa. La madre, por supuesto, está despierta sentada en el sillón.

"¿Y bien, hija? ¿Qué pasó? Cuéntale todo a tu madre".

"¡Mami, es increíble, todo fue como tú me dijiste: el restaurante, el baile, el departamento, todo!"

"¿Y?"

"Pero cuando llegamos al dormitorio y él quiso subirse encima de mí, yo me acordé de ti mamá. Me acordé de la culpa que me iba a quedar si tú te morías".

"Muy bien, hijita, ¿y te fuiste?"

"No, me acosté yo encima de él: ¡Que se muera su madre!"

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