Los seres humanos estamos diseñados para avanzar, para no dejarnos vencer por las dificultades facilmente. Siempre hemos luchado y perseverado como especie, un camino que no ha estado exento de dificultades; por eso, cuando vi una araña en la oficina esta mañana me armé de valor y decidí que nadie tenia que venir a defenderme del engendro enviado por satán.
Tomé mis armas (un pote de insecticida) y me enfrenté a la bestia; fue una batalla feroz, con el monstruo de ocho patas defendiéndose audazmente, pero, luego del crudo enfrentamiento puedo decir que me siento orgullosa, salí victoriosa de esta batalla, mas la guerra no ha terminado y se que me esperan arduas y cruentas batallas, peor resistiré. Tal como mis ancestros enfrentaron tribulaciones en la lucha por la supervivencia yo no me dejaré vencer por un arácnido, sea cual sea su tamaño.
Así me gustan las arañas: muertas |
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