Muchas veces damos por sentado que la vida, la salud, el amor, y el cariño de las personas que nos rodean estarán ahí por siempre; nunca pensamos en nuestra mortalidad y aunque es bueno no pensar mucho en nuestras limitaciones, también es cierto que debemos estar conscientes que somos seres finitos; nuestra existencia y la de las personas que nos rodean tienen un tiempo ya preestablecido del cual no conocemos la duración.
Es por esto que debemos agradecer siempre el amanecer con vida cada día, porque nunca sabremos cuando nos vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario